Hace ya un tiempo que me metí en el lío de restaurar un viejo velero. Cuando digo viejo, es que es mas viejo que yo. El Pixkor, que así se llama, es un Ghibli Gouteron del año 73 de algo menos de 7 metros.
Hasta la fecha todos los arreglo los habíamos ido realizando desde el agua, pero tocaba sacarlo a dique seco para ver el estado real del casco, comprobar los niveles de osmosis y ponerlo en forma.
Al sacarlo del agua el aspecto del casco era francamente malo. Verdín, caracolillos y ostras como para montar una marisquería.

Pero lo cierto es que al retirarle la fauna adherida al casco, hemos visto que el estado del casco era mejor de lo esperado tras el primer impacto. Varios días de lija después la cosa empezó a pintar mejor.

Hemos tenido que realizar reparaciones con fibra, sustituir el cintón así como la renovación tanto de la obra viva como de la obra muerta. Pero el resultado ha merecido la pena.



El Pixkor ha rejuvenecido unos cuantos años antes de devolverlo al mar. Lo complicado ha sido realizar los trabajos en un mes en el que la climatología no nos ha permitido acabar lo rápido que nos habría gustado.
Hemos tenido que realizar reparaciones con fibra, sustituir el cintón así como la renovación tanto de la obra viva como de la obra muerta. Pero el resultado ha merecido la pena. El Pixkor ha rejuvenecido unos cuantos años antes de devolverlo al mar.

La próxima salida será solo para renovar la patente y ponerlo en forma para el verano.
También hemos aprovechado la parada para darle un repaso al motor pero que no ha
requerido demasiadas historias. Y con esto al agua.
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